Hace tiempo descargué de Internet la película Ultimatum a la tierra (o El día en que la tierra ya no quiso caminar porque la asustaron los extraterrestres que no venían en son de paz), no el refrito que hace poco quitaron, afortunadamente, de las carteleras de los cines sino aquella que se hizo en los
50´s cuando los extraterrestres todavía usaban trajes metálicos platinados y los robots, a pesar de ser de un acero que no se puede destruir, tenían pliegues en las articulaciones.
Volviendo. Descargué la película con la intención de poder comparar la versión antigua con la nueva y fue tal mi sorpresa que en verdad me llevo a una conmoción. La película cincuentera, a pesar de sus pliegues y sus ovnis de luz que sólo son focos suspendidos con hilos en el horizonte, a pesar de los discursos pro americanos, que siguen abundando en nuestro cine, y de sus efectos especiales de cuatro pesos, es una película extraordinaria que nos relata, de una manera muy moderna, el acercamiento de seres de otros planetas con el nuestro.
Pero yo diría que lo verdaderamente interesante es que la película pareciera tener la necesidad de justificarse a si misma, lo que en ciencia ficción es muy necesario, ya que necesita relatar con discursos seudo científicos (que al final lo son) las posibilidades que tiene de existir este tipo de contacto y cómo podría ocurrir, no queda como una película americana en la que la gravedad se la pasan por los ******, y que en realidad no les importa si los propulsores atómicos que tienen las naves a la hora de despegar despedazan la tierra, o si la misma fuerza que generan para sobrevolar apenas 10 metros sobre las casas despedazaría, con su campo, todo lo que queda a su paso, no, en esta película hay un razonamiento de por medio, preguntas que llevan a hacer creíble la película y, que al final, hacen de todo el discurso cinematográfico un objeto verosímil y, por ende, de buena calidad.
Invito a que disfruten de esta Opera Aperta y se impresionen con la calidad del cine que no tiene época.
50´s cuando los extraterrestres todavía usaban trajes metálicos platinados y los robots, a pesar de ser de un acero que no se puede destruir, tenían pliegues en las articulaciones.
Volviendo. Descargué la película con la intención de poder comparar la versión antigua con la nueva y fue tal mi sorpresa que en verdad me llevo a una conmoción. La película cincuentera, a pesar de sus pliegues y sus ovnis de luz que sólo son focos suspendidos con hilos en el horizonte, a pesar de los discursos pro americanos, que siguen abundando en nuestro cine, y de sus efectos especiales de cuatro pesos, es una película extraordinaria que nos relata, de una manera muy moderna, el acercamiento de seres de otros planetas con el nuestro.
Pero yo diría que lo verdaderamente interesante es que la película pareciera tener la necesidad de justificarse a si misma, lo que en ciencia ficción es muy necesario, ya que necesita relatar con discursos seudo científicos (que al final lo son) las posibilidades que tiene de existir este tipo de contacto y cómo podría ocurrir, no queda como una película americana en la que la gravedad se la pasan por los ******, y que en realidad no les importa si los propulsores atómicos que tienen las naves a la hora de despegar despedazan la tierra, o si la misma fuerza que generan para sobrevolar apenas 10 metros sobre las casas despedazaría, con su campo, todo lo que queda a su paso, no, en esta película hay un razonamiento de por medio, preguntas que llevan a hacer creíble la película y, que al final, hacen de todo el discurso cinematográfico un objeto verosímil y, por ende, de buena calidad.
Invito a que disfruten de esta Opera Aperta y se impresionen con la calidad del cine que no tiene época.
1 comentario:
ADEMÁS, ESTA PELÍCULA RESULTA INTIMISTA. MÁS QUE PREOCUPARSE POR LAS GRANDES IMPRESIONES QUE PUDIERAN CAUSAR GORT Y SU PELIGROSA VISIÓN, SE TRATA DE UN EXTRATERRESTRE CONVIVIENDO CON GRINGOS PROMEDIO, TRATANDO DE ENTENDERLOS. LA NAVE, MIENTRAS TANTO, SIGUE EN EL PARQUE. MUY BUENA.
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